Rompiendo la linea

Era un verdadero genio, a pesar de muchisimos comentarios sobre las exageracioens de su vehiculo que más parecía un refugio antibombas anadante, él nucna desertó sin importarle la imagen de la enchulada motocicleta. Sino fuera por esta, no podría haberse movido tan rápido por los dificultosos caminos de Kurast. Llegando finalmente a unos iluminados campamentos donde desidió frenar, dejar el vehiculo estacionado tras d ela taberta y ser sumamente atraido por los olores a alcohol.

Entró con sus clasicas vestimentas, habiendo dejado un enorme estuche de guitarra encima de la motocicleta y llevando consigo solo sus escopetas a la cadera y su mano derecha escondida en su gabardina.

Escuchó una anergica ronda a pedido de un enano que de ver a los que le rodeaban, se percató de que era por raza, admeas de aquella caracteristica barba y voz de estos fieros seres. Sonrió con impresión y avanzó hasta posarse en la barra, sentandose y pidiendo una jarra de cerveza con un posillo de aceitunas verdes. Echó una amistosa mirada al barbaroja y le sonrió, dirigiendose a este con una voz ronca y madura. Buena la noche, guerrero de roja barba.

Sonrio ante la esperada reacción del hombre a saludar, asintiendole con respeto y desviando la mirada solo dos segundos para agradecer al cantinero el dejarle la jara y el posillo de vidrio con aceitunas hasta por fuera de este.

bastante hermosa... Dijo referente a la noche cuando se escucho un estruendoso trueno que sacudió los cielos y algunos hombres brindaron gritando a carcajda suelta como alabando la tormenta misma. ...Como una verdadera mujer histerica. Acotó con una media sonrisa y tomando la jarra para dar un ligero sorbo, sin evitar el carraspear ante lo definitivamente unicas que eran las bebidas en este tipo de lugares.

Puede llamarme Clawryu, estimado. ..O solo Claw. Dijo sonriendole y bebiendo otro sorbo algo más amachado y amplio.

Desviaría la mirada hacia la izquierda, rtosiendo un poco fingidamente pues era para ocultar la risa que casi suelta en voz alta por el erupto del enano y con los ojos casi llorosos, volver a mirarle con una sencillamente inmutable sonrisa en el rostro.

Solo esta noche se me ha dado la gana de darle gusto al paladar. Comentó tomando un aceituna echandosela a la boca, ofreciendole del posillo al mismo enano frente de si y tras tragarla. Encoger de hombros. ..En realidad, buscando trabajo, podría decirse. Contestó tomando otro sorbo de su trago y agregando. Soy un cazador de demonios, y en estas tierras parecen haber bastante molestando a la gente, como es la frontera de Acheron y el reino unido pues.. que mejor para un mercenario como yo que buscarse unas monedas por aqui...

No se había percatado de dicho "examen" claro que estaba limpio de crimenes y si fuera culpable euno, sería de casanova. Cosa que por suerte no tenía pena capital ni nada por ele stilo en este mundo. Claro oficial. Dijo Dijo aceptando la invitación y tomando la jarra y el posillo con aceitunas caminó hasta donde estab la "pequeña" multitud guerrera, sentandose en un banco y dejando las cosas sobre la mesa.

Bien, bien bien ~ Canturreó mirando de reojo los grabados de la madera, algo curioso, pero se ahorró las dudas pensando que contar.

¿Que podría ser...mmm~ ? Los cojonudos demonios de Acheron podría ser, No son historias muy variadas, ¿quién no les ha roto el culo a patadas a esos hijos de puta eh? Rió un poco golpeando levemente la mesa con su zurda tomando una aceituna lanzandola de pique a su boca, desgustandola con rápidez. Ultimamente no ofrecen mucha pelea, más que historias, puedo contarles cuentos de niños, niños que de tener un palo en mano podrían amchacar a esos sarnosos esbirros que ien solo hay que saber donde pegarles.

Se acercó a uno de los enanos susrrandole al oido, aunque en voz alta. En los huevos...~

Era sumamente agradable, aquella banda de ananos era como el grupod e amigos que nucna tubo en sus expediciones. Sus risas y golpes a la mesa eran notorios, más al estallar de risa sin disimulo alguno cuando soltaron lo d ela enana de abrbas rubias que le hizo incluso doler el estomago de sujetarselo encorvandose por las carcajadas que le dejaban sin aire y los ojos lagrimeando.

Algo más calmado, bebiendo de su jarra y oyendo al señor Ulfard, Alzó una ceja al principio, luego le sonrió y apoyó los codos en la emsa, jugando con una aceituna entre sus dedos. ..Te oigo, amigo. Le dijo esperando a por su propuesta que de seguro, parecía ser algo más que ser reclutado en el ejercito al que el enano pertenecía.

Sonrió de medio labio y reventó la aceituna con su mano izquierda, con sus dedos, echandose la destrozada fruta a la boca. Vampiros... Repitió sin mucho asombro. Si, los desgraciados eran buenos con la magia, algo con lo que los enanos no solían llevarse muy bien, él tampoco en lo personal. ¿Alguno en especial? Preguntó como pidiendo algún detalle extra, se mostró interesado, trabajo era trabajao, aunque la emocións e veía en los objetivos.

Yuban... Intentó saber si conocía aquel nombre, para nada. Le escuchó con suma atención e interesa, sabiendo bien que aquel tipo debía ser algo serio, sin nada pendiente, sonrió al barbaroja y le posó la mano en la espalda. Nadie le ganaba cuerpo a cuerpo y sin duda, podía vencer al que le tirasen encima, nadie en el mundo era más feurte que Clawryu de Peiron y podía demostarselo a quién quisiera. ¿Pues...cuando partimos, jefesito...? Mencionó con una tosca sonrisa y alzando la jarra de cerbeza con el ultimo rtago para hacer un brindis por el trabajo que se le acababa de dar.

Por la victoria amigo. Contetsó con voz algo apagada, pero no por tristeza o algo, se sentía bien, se sentía sumamente bien entre aquellos indibiduos, era como si en un par de minutos, se sintiese con una familia. Podía ser definitivamente muy pronto para pensar así, pero que más daba, era esplendido. Chocó la jarra y bebió ahsta el fondo, acabando por golpear la mesa con esta cuando acabó y mantener un brillo en los ojos que de verdad, le hacía parecer un joven premiado por alguna azaña militar por sus mayores, cuando en realidad, él era el niño más viejo entre todos los hombres de allí sentados.

Sus pasos fueron hasta el estuche de su guitarra, cogió este y se lo puso al hombro, tomando también la motocicleta y llevandola hasta los campamentos. Abrió el bolso que aguardaba en un enchulado maletero ysacó una carpa simple.

Partiremos en la mañana, ¿verdad? Dijo con curiosidad.

Pronto los vientos acompañarían a los relampagos y rayos, dificilmente llovería, por lo cual acallado se encontraba el dragón, más comodo si no caían gotas de agua algunas. Acomodo sus cosas en el suelo y comenzó a colcoar la carpa para dormir allí junto a su motocicleta y dmeases pertenencias.

esperaría ansioso el día de mañana.