Era una tarde como cualquier otra en Suna, el viento soplaba sobre los amplios cielos meciendo las plantas que adornaban la estancia en la que se encontraba un caballero, su nombre era Ulfard, un paladin, sin decir nada mas.
Estaba mirando por la ventana desde el tercer piso del edificio, mirando como sus tropas se enfilaban dentro del cuartel, despues de algunos dias de insesante guerra, habian estado conbaiendo algunas amenazas para el reino como orcos y trasgos. Todo marchaba de maravilla.
-recuerden soldados...desde hoy, la vida es buena!!-
gritaba Ulfard levantando su tarr de cerveza
-¿Que pasa con los barriles? ¿Acaso no ven que estos guerreros estan sedientos?-
La obacion por el licor no se hizo esperar