La guarida de orcos

La joven desde su posicion controlaba el fuego, destruyendo las armas de los enemigos de su "enemigo" suspirando con calma para tranquilizarse y no perder el control, cuando vio que estos tenian el control, desvanecio aquella gran barrera de fuego, terminando por caer rendida, controlar tal cantidad de fuego era bastante agotador para ella, solo quedaba esperar y luego se marcharia.

Ulfard se acerco a paso lento con las manos sobre el cinturon y miro a la dama...le esxtendio una mano

-acciones como esta...merecen una tregua...no le parece?-

decia con una sonrisa de medio lado