Bajo la hermosa Luna.. [Libre]

Poco tiempo había transcurrido desde su llegada a aquel lar tan hermoso, y el primer lugar al que se le ocurría ir era a la playa. ¿Pues qué mejor que ésta para pasear bajo aquella blanca luna?
Solamente vestía una camisa con rayas grises desabotonada, un jean negro y había dejado sus zapatillas junto a una palmera, con el graaaan~ bolso en el cual llevaba todas sus pertenencias.
...¡Qué hermoso le resultaba sentir aquella arena bajo sus pies, acariciándolo, sintiendo lo fría que estaba debido a la escaces de calor del sol!. Era una sensación espléndida, sintiedose libre de lo que quisiera, estando enérgico y animado como siempre.
Arremangó pronto sus pantalones, y sin más se metió en el agua, sonriendo, dejando que la brisa danzara junto a sus hebras doradas alborotadas y sintiendo los pequeños peces nadar junto a sus pies. ¿Peces?... ¡Peces! ¡¿Hacía cuánto tiempo que no veía pececillos?. Se puso en cuclillas y se los quedó mirando, maravillado con aquella hermosura tan simple, admirando la forma en que los pequeñines "revoloteaban" a su alrededor. El silencio era su otro único acompañante, y no creía estar acompañado por otro individuo cercano.

La joven nuevamente andaba por aquel lugar, esta vez llevaba un traje un tanto atrevido, era un traje de baño de color rojo, esta vez no supo cuidarse del todo, ya que llevaba sus rasgos felinos a la vista, sus orejas y cola negras se podian notar de inmediato, mas ahora no le importaba, si era necesario escaparia del lugar si alguien deseaba atacarla al saber que no era humana.
Ya llevaba desde la tarde caminando por la playa, a lo cua sonrio al recordar que alli habia vuelto a reencontrarse con su hermana, la cual pensaba que le habia olvidado, pero no habia sido asi, suspiro con suavidad, mientras se sentaba a orillas del agua, dejando que sus pies se mojaran un poco, sintiendo leves escalofrios por lo frio que estaba este.
Miro de reojo a un rubio a escasos metros de ella, le sorprendia no haberlo detectado, puesto que este parecia un humano.
Solo se limito a sonreiir para si, no queria molestarle, por lo cual miro hacia adelante, con una sonrisa melancolica en sus labios, para luego dirigir su mirada a la luna, quedandose un tanto hipnotizada por este.

Permanecía arrodillado, con aquella gran sonrisa de oreja a oreja y dejando que parte de sus rubios cabellos tapara su rostro. Observaba los peces, aquellos hermosos danzarines marinos que en ese momento podían ser apreciados solamente por él, dandole un fabuloso espectáculo a la luz de la luna.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que ya no estaba solamente acompañado por sus escurridisos amiguitos, si no que ahora otra precencia estaba muy cerca de él. Se levantó con calma y observó atento a la orilla, en donde otra muchacha estaba mojando sus pies.
-Mmh~.. Que lástima, no es humana.
Susurró para si mismo, tras olfatear un poco el aire. Le hubiera venido espléndidamente un bocadillo nocturno, sin duda. Pero de todas maneras, no acostumbraba morder a los humanos solo porque sí.
Viró la vista hasta aquella lejana palmera, asegurandose de que todas sus pertenencias siguieran allí, solo por si las dudas, y posteriormente volvió la mirada hasta su acompañante de razgos felinos. Sonrió con disimulo, un tanto infantil, y se la quedó mirando con interez. No interez en el... mal sentido, si no que le agradaba poder ver, aunque fuera desde lejos, a una de esas criaturas tan preciosas, a una neko.

Movio con delicadeza una de sus orejas, al aver escuchado un murmuro, en si, no habia sido un murmuro, pero por la distancia eso parecia, dirigio su mirada hacia donde parecia estar el proveniente de la vos, notando a alguien, parecia humano, pero era muy raro ver humanos por hay, asi que supuso lo mas obvio, quizas un vampiro. suspiro levemente, mientras metia sus piernas en el agua, disfrutando de aquel contacto.
Finalmente avanzo unos cuantos pasos, donde el agua alcanzo sus rodillas, finalmente desvio su mirada al joven, notando que este le miraba, sonrojandose levemente, quizas porque no estaba acostumbrada a que le miraran.
Se fue aproximando lentamente hacia él, un tanto temerosa, mas finalmente con una sonrisa leve en sus labios.

- buenas joven -.

menciono, mirandole fijamente.

Atontado observaba sus orejas y cola. ¡Adoraba aquellas extremidades! Se veían tan afelpadas, tan.. tan "acariciables". Él siempre había sido un amante de los animales, a pesar de que nunca se había puesto a pensar la admiración que sentía por los Inu's y los Neko's...
Pronto, al oir la voz ajena, ladeó repetidamente la cabeza volviendo en sí. Temía haber puesto una expresión que diera a notar su evidente "embobadez" por lo que se sonrojó de inmediato, sin poder disimularlo demasiado.
-Aah~.. Buenas, señorita.
Le respondió, retomando la calma, o al menos aparentando haberlo hecho. No por estar avergonzado dejaría de ser caballeroso.
Se le acercó un poco más, y dandole su espacio, se la quedó mirando admirando aquellas aterciopeladas orejas de nuevo.

Sus ojos brillaron, bastantes brillosos, dandole un aspecto completamente dulce y tierno, sonrio de manera tierna, ya tranquila de las expresiones del joven, naturalmente si hubiera sido alguien con malas intenciones, sin haber dicho nada ya le hubiera atacado o algo parecido.
Se acerco un poco mas a él, quedando quizas invadiendo el espacio ajeno, mas no lo notaba, izo una leve inclinacion en forma de saludo.

- mucho gusto, mi nombre es Carmi -.

dijo tranquilamente, con una hermosa sonrisa tierna.

Observó sus movimientos, inmutado, manteniendo aquella mirada tan tranquila, serena e infantil que lo caracterizaba. Entrecerró entonces un poco los ojos, y al oír la presentación, tomó la mano ajena con la suya y le besó el dorso, caballeroso.
-Tamaki Suou, es un gusto, Carmi-chan.
Dijo sonriente separandose posteriormente un poco de ella. Le resultaba tremendamente tierna y gustaba de saber que no la había espantado, a pesar de que en su sonrisa de vieran aquellos afilados colmillos, listos para ser usados.

Sonrio de manera tierna, mientras mantenia sus manos unidas por delante de su falda, levemente sonrojada por el acto que habia hecho el chico.

- lindo nombre... joven Tamaki -.

menciono en un casi delicado suspiro, para luego seguia sonriendo de la misma manera, lentamente desvio su mirada a la luna, quedando hipnotizada por este, para luego volver a mirar al joven, sin ningun muestra de temor, sobretodo por notar aquellos colmidos, confirmando lo que pensaba en un principio.

Antes de poder decir nada, sintió en sus pies ese cosquilleo de nuevo. Era cierto, había olvidado que aún estaban en el agua y que, en ésta, habitaban sus pequeños y escamosos amiguitos que continuaban haciéndole cosquillas. Soltó una tenue risilla y miró hacia abajo, sonriendo con disimulo, observando a los escurridisos animalitos acuáticos.
Volvió la vista a su acompañante y posteriormente observó la luna al igual que ella.
-¿Qué hace una damita por aqui sola?... ¿No te da.. miedo?
Le preguntó con calma, sin malas intenciones.

Escucho aquella risa, sonrojandose levemente, a lo cual desvio la mirada casi por inercia, mientras miraba hacia el agua, escuchando lo que dice.

- etto... para mi una felina, la oscuridad es el mejor lugar para esta -.

suspiro levemente, para luego mirar al joven y sonreir de manera tierna.

- miedo, quizas si tenga, siempre lo tengo, a tal punto que estoy acostumbrada... y usted que hace aqui? -.

No pudo evitar sorprenderse por sus palabras. Ella se veía tan frágil y pequeña, y a pesar de que bien sabía que de seguro sabría defenderse, no estaba acostumbrado a oir cosas tan "valientes" provenientes de señoritas como ella.
Volvió a sonreir con ternura, tras pasarse una mano por el cabello.
-Pues... Acabo de llegar a esta ciudad, y decidí pasarme por estos lares antes que nada.
Le respondió tranquilo, volviendo la vista al agua.

Le miro de pies a cabeza, aun escuchando lo que decia, para luego soltar un suspiro sonoro, sonriendo levemente, pero con un toque de ternura y dulzura.

- si, puedo notar que eres nuevo, no te habia visto por estos rumbos -.

Aquella mano en su cabello pasó a posarse en su nuca, acariciandose ésta muy suavemente con el dedo pulgar, sintiendo sus suaves hebras doradas resvalar entre sus dedos. Nuevamente observó a la jovencita de larga cabellera lacia, sonriendo con disimulo.
-Y usted, joven.. ¿Lleva mucho tiempo en este hermoso lugar?
Cuestionó con calma. Parecía conocer la zona, a juzgar por lo confiada que estaba.

Suspiro con suavidad, mientras desviaba la mirada hacia el cielo, mirando aquel hermoso manto nocturno.

- realmente... no mucho, normalmente no suelo salir del castillo -.

menciono claramente, para luego cerrar un poco los ojos

- pero no importa -.

Justo al momento en que oía las palabras de la joven, fijó sus orbes violaceas en los de ella, frunciendo el ceño. Esperaba haber oido mal, pues lo que estaba escuchando era inaceptable, aún más al verla asi de melancólica.
-¿Castillo? ¿Porqué no? ¿La tienen encerrada acaso, joven?
Comenzó a cuestionar, indignado, dejando que la brisa marina meciera sus cabellos en un suave vaivén.

Bajo con cuidado las orejas, al igual que la mirara, no sabia como actuaria este si supiera realmente quien era, mas tampoco le iba mentir, asi que se limito a responder claramente.

- yo... soy una de las princesas de Acheron -.

confezo finalmente, mirando de nuevo al cielo, un tanto pensativa

- no suelo salir del castillo... -.

Escuchó sus palabras atento, mas al oir la respuesta se hizo un paso atrás esbozando una inocentona sonrisa.
-¿Princesa?.. Pero si eso ya lo sabía, Carmi-san.
Comentó con alegría, una natural en é lque siempre poseía. No tenía demasiados motivos por los cuales saltar de alegría, mas tampoco para estar triste, lo cual le hacía feliz con esa simpleza.
-No todas las princesas son como tu, no lo admiten y no viven todas en castillos. -Comenzó a decir, confianzudo y enérgico, con un tono infantil y dulce- ...Pero aún asi, yo creo que todas las damitas son princesas hermosas que se merecen muchas alavanzas.

Le miro con sus ojos brillosos, normalmente en esos lugares intentarian asesinarla o cosas parecidas, pero pudo darse cuenta de que este era diferente. Ya sin poder contenerse mas, se aproximo a Tamaki rapidamente, dandole un calido abrazo, cosa muy rara en ella.

- nyuuuu gracias tamaki-kun -.